Estaciones de servicio de la provincia en estado de alerta
El sector advierte sobre falta de rentabilidad y descapitalización por las políticas que determinaron congelar el precio de los combustibles líquidos a valores de mayo del 2021.
Las estaciones de servicio de la provincia de Salta se declararon en estado de alerta y solicitaron a las autoridades nacionales y a las empresas petroleras que arbitren una urgente solución.
La Cámara de Estaciones de Servicio Expendedores de Combustibles y Afines de la Provincia de Salta (Ceseca) planteó ayer la preocupante situación del sector a través de un comunicado dirigido a la opinión pública y para que las autoridades tomen nota.
En el documento también se menciona al resto de las cámaras empresarias del sector de todo el país, a la Confederación de Entidades del Comercio de Hidrocarburos (Cecha) y a las entidades que integran Expendedores Unidos.
La comisión directiva de Ceseca advierte que “la existencia de las empresas pymes de nuestro sector se encuentran atravesando un grave proceso de falta de rentabilidad y descapitalización”.
Atribuyó este estado “como consecuencia de políticas económicas que determinaron el congelamiento del precio de los combustibles líquidos a valores de mayo de 2021”.
Puntualizó que mientras tanto los costos que deben afrontar las expendedoras “incluidos salarios y tarifas, evolucionan al ritmo del fuerte proceso inflacionario”.
La entidad remarcó que “estas políticas, adoptadas por el Gobierno nacional, fueron acompañadas por las empresas petroleras sin modificar los esquemas retributivos de sus operadores, que de no modificarse a la brevedad ponen en riesgo la subsistencia de las mismas y del personal involucrado”.
El comunicado concluye advirtiendo que “por todo ello, los expendedores de combustibles nos declaramos en estado de alerta y solicitamos a las autoridades nacionales y a las empresas petroleras para que arbitren una urgente solución al problema planteado”.
Margen
En la provincia de Salta hay entre 100 y 120 estaciones de servicio y esperan que las autoridades nacionales y las petroleras tomen nota de la crítica situación que atraviesan.
Según se pudo establecer, una estación de servicio es un negocio que trabaja con un margen de rentabilidad que le pone la petrolera y cuyo máximo llegaría al 5%.
En el ámbito de las estaciones de servicio se observa que desde el 17 de mayo del año pasado a la fecha no se mueve el precio de los combustibles y, en consecuencia, tampoco se mueve el margen de rentabilidad de los surtidores.
Empero, se advierte que los costos de las expendedoras continúan subiendo al compás del fuerte proceso inflacionario del país.
Se analiza que si no se “tocan” los precios y los costos de las expendedoras siguen subiendo, sin duda que incidirá en los puestos de trabajo.
Si bien se hace notar que las estaciones de servicio no ponen los precios de los combustibles, se asume que la caída de la venta, una situación que se da después de una suba, también afecta la sustentabilidad.
El precio es un arreglo entre las petroleras y el Estado nacional, y las expendedoras son el último eslabón en la cadena de comercialización.
Del análisis no queda afuera lo que se considera que Argentina tiene combustible barato y el precio a nivel internacional está decaído.
Las consecuencias negativas en la venta por la pandemia de coronavirus es otro factor cuesta arriba para tratar de encontrar un punto de equilibrio económico.
También se hace notar que una estación de servicio es el único negocio que trabaja las 24 horas de casi todos los días del año. Para solo 12 horas, seis para navidad y otras seis para año nuevo, y ni siquiera el día del empleado de las estaciones de servicio deja de funcionar.